CAUSAS
El padre problema es el que actúa siguiendo un comportamiento inmaduro, inadecuado o destructivo en detrimento de los otros miembros de la familia.
También existe el padre pasivo que permite que continúe el comportamiento inadecuado y no establece los límites en detrimento de los demás miembros de la familia.
En cuestión de los hijos existe el hijo “súper-responsable” Es el héroe que por medio de sus logros extraordinarios trata de resolver los problemas familiares y contribuir a una imagen más positiva de la familia. Este hijo recibe la atención positiva, pero a menudo desarrolla conductas perfeccionistas y compulsivas.
También esta el hijo exageradamente rebelde es el chivo expiatorio que por medio de su comportamiento rebelde e incontrolable desvía la atención de los problemas familiares hacia sí mismo. Este tipo de hijo consume mucho tiempo y energía de los miembros de la familia y con frecuencia desarrolla patrones de vida auto destructivos.
El hijo sensible o retraído es el hijo perdido que espera que ignorándolos, desaparecerán los problemas y dificultades familiares. Esta clase de hijo evita llamar la atención y a menudo es solitario y retraído.
El hijo gracioso e insolente es el payaso que utiliza el buen humor y sus gracias para desviar la atención de los problemas familiares. Este hijo a menudo es hiperactivo y generalmente busca ser el centro de atención.
Tanto el hogar como los individuos están mal organizados, La familia está plagada de problemas, los padres son inconsistentes e indecisos, Los hijos están abandonados emocionalmente, eso provoca la falta de atención en general se mantienen desconectados.
Otro factor es que la familia este demasiado controlada, está rígidamente estructurada, La comunicación es autoritaria y dictatorial, los padres tienden a juzgar y criticar demasiado, Los hijos están centrados en hacer tareas, su valor depende de su productividad, por lo tanto provoca que los integrantes de la familia en especial los pequeños sean temerosos e insensibles.
Por otro lado existen las familias permisivas.
Carece de autoridad paterna, sobreprotege los sentimientos, evita los desacuerdos, los hijos son el centro de atención, estos tratos provocan que los niños sean indisciplinados.
La familia con dependiente, hay una conformidad extremada, hay ausencia de dirección propia, los padres son excesivamente posesivos, se reprime a los hijos, causa inseguridad en la familia y en todos sus integrantes.
El machismo se expresa también en la irresponsabilidad del padre frente a las necesidades de su esposa e hijos. Un posible factor de disfunción familiar, se pude entender, de esta manera, que el machismo ha impedido desarrollar un concepto sano de lo que es la familia.
La consecuencia más obvia, y más devastadora, del patrón descrito, es la violencia familiar, en una investigación, en el año 2000, 39% de las mujeres dijeron haber padecido algún tipo de violencia física durante los últimos 12 meses; 19% de manera frecuente. Además, 67% dijeron haber sufrido violencia psicológica.
En 1993 hubo en Perú 142'970 madres adolescentes (entre 12 y 19 años). En la mayoría de estos casos, los hijos de estas adolescentes son producto de una violación. Estas madres con sus hijos poblarían juntos una ciudad del tamaño de Cusco o de Piura.
Los miembros más vulnerables de cada sociedad son los niños. Ellos son los que con más frecuencia son víctimas de abuso. Esto empieza desde el hogar. ¡Cuántos padres y madres no conocen otro método educativo que los golpes! Aun en las escuelas, todavía son demasiado frecuentes los casos de niños maltratados por sus profesores.
Otros niños no reciben golpes, pero tampoco reciben atención de parte de sus padres. Son dejados solos, pueden hacer todo lo que quieren hasta emborracharse y drogarse, y no reciben corrección. Aunque tienen a sus padres, viven en abandono.
Ambas clases de niños, los niños maltratados y los niños abandonados, tienen algo en común: No reciben amor de parte de sus padres. Tienen un gran vació dentro de ellos y tratan de llenarlo de alguna manera: con alcohol, drogas, robar, juntarse con una pandilla, actividad sexual prematura, etc. - y esto destruirá su vida por completo.
Esto nos lleva a los problemas de comunicación.
Los miembros de una familia disfuncional, por lo general sufren de una autoestima baja. Entonces tratan de levantarla, a expensas de los demás.
Una manera de lograr esto es avergonzar a los demás. Cuando "paso vergüenza" a otra persona, entonces yo mismo me siento un poco superior. ¿Qué niño no escucha muchas veces al día: "Eres un tonto, un burro, un mentiroso, un malcriado, un inútil, un imbécil, pero ¿cuál es la consecuencia de este comportamiento? Si avergüenzo a los demás, en realidad no me estoy levantando a mí mismo; solamente estoy rebajando a los demás. Y seguramente en algún momento ellos me van a devolver mal por mal y me van a rebajar a mí. Al final de cuentas, todos se están rebajando unos a otros y se hunden en un abismo de vergüenza.
Los mecanismos de vergüenza están tan arraigados, que la gente hace un sinnúmero de cosas ridículas para "no pasar vergüenza". Evitan a todo costo toser o estornudar en público. Prefieren aparentar no haber escuchado una pregunta, que correr el riesgo de dar una respuesta equivocada o una que podría ser mal interpretada. Cuando su hijo se porta mal en presencia de otras personas, no lo corrigen ante ellos porque "sería una vergüenza"; quizás tratan de disimular la situación dando un caramelo al niño.
No son solamente las palabras pronunciadas a voz alta que avergüenzan. Existen otras formas más sutiles.
Como niños que no son amados ni aceptados, que ni siquiera son dignos de ser amados ni aceptados, que solamente son amados y aceptados cuando se portan bien, que no son capaces de portarse bien; que no son valiosos ni dignos, que están muy solos, que en realidad no pertenecen a ningún lugar, a nadie o a ningún grupo.
Todo esto se transmite con patrones de comportamiento como los sistemas que avergüenzan no permiten hablar de los problemas, los sistemas que avergüenzan no permiten que une muestre sus verdaderas emociones los sistemas que avergüenzan ponen énfasis en el rendimiento; hay que "ganarse" el amor y la aceptación.
Las mentiras como medio de educación, que los padres les mienten a sus hijos para que estos hagan lo que ellos quieren.
Esta clase de educación trae consecuencias graves, provocan que los niños pierdan la confianza en sus padres, y por consecuencia, en las personas en general, se dejan guiar por temores y supersticiones irracionales, en vez de tener razones sensatas para sus actos, los niños aprenden que se puede usar la mentira para conseguir lo que uno quiere por lo general, usarán el mismo método frente a sus padres, los padres pierden la autoridad porque su palabra ya no es creíble.
El estilo de educación en algunas familias parece una mezcla paradójica: Irresponsabilidad y negligencia por un lado, sobreprotección y posesividad por el otro lado. A los niños pequeños se les permite cometer cualquier ofensa y hablar cualquier grosería, "porque todavía no entienden". Pero cuando llegan a la adolescencia y a la edad adulta, los padres les impiden buscar su propio camino. Les imponen la elección de su carrera y de su trabajo; si son cristianos les obligan a la fuerza a participar en las actividades de la iglesia y crean de esta manera un rechazo; y aplican métodos de corrección como el famoso "chicote", que hubiera sido apropiado para niños pequeños pero de ninguna manera para hijos adolescentes y adultos. De esta manera, los hijos permanecen "niños" durante toda su vida y nunca maduran. Muchos jóvenes arrastran este tipo de problemas en su propio matrimonio: Aun después de casarse, no dejan de ser "el niño de mamá" En estos hogares nunca se sabe quien manda en realidad: ¿los esposos, o sus padres y suegros? Cuando vienen los niños, no está claro quién está realmente a cargo de su educación: ¿sus padres o sus abuelos? Estas relaciones enredadas dan lugar a un sinnúmero de problemas y conflictos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario